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sábado, 12 de octubre de 1991

Pregó 1991


1991 FRANCISCO SANTONJA GISBERT 

Excma. Corporación Municipal, Sr. Alcalde-Presidente, Sr. Presidente de l ́Associació de Moros i Cristians Sant Blai. Festeros y festeras. Alteanos.

No es casual que quien tiene el honor de dirigiros la palabra en esta noche preñada de música y de fiesta, sea el presidente de la UNDEF, si tenemos en cuenta el hecho histórico de que Altea ha ingresado este año en la Unión de Entidades Festeras. Lo que sí es casual es que ambos, Altea y yo, nos estrenemos en este evento al mismo tiempo, y a que en la misma Asamblea que fui elegido presidente, vosotros comenzasteis la andadura en la UNDEF.

Así pues, aprovecho la oportunidad que se me brinda como pregonero de este año para deciros: ¡BIENVENIDOS! En nombre del resto de las 46 poblaciones que integramos la UNDEF ¡BIENVENIDOS!

Sabed que la gran familia se siente unida a vosotros en los lazos de la amistad y la hermandad. Que deleguemos hoy en vosotros la gallardía de la Fiesta. Que cada cabo de escuadra, cuando levante el alfanje o la espada, está levantando el brazo de miles de festeros que, desde cualquier lugar de Valencia o Alicante, Murcia o Albacete, estamos sintiendo la Fiesta con vosotros. Sabed que mañana, cuando suenen airosas marchas cristianas o moras, estará sonando nuestra música, “la nuestra”. La que ha sido escrita para que formemos juntos, hombro con hombro, en señal inequívoca de concordia y amistad y que sus notas atraviesas montañas y llanos hasta llegar al alma de cada festero en cualquier lugar y que los pentagramas que le sirven de soporte, nos anudan en un haz imaginario fundiéndonos en un sentimiento común. Sabed, en fin, que la voluta de humo estallada desde un arcabuz, es señal inequívoca de que Altea está en fiestas y del mundo festero conoce la señal y vibra con vosotros.

Pero andad con tiento. Sed cuidadosos. Lo que hagáis con la Fiesta a todos nos repercute. Y esa es una gran responsabilidad. Dignificad la Fiesta. Amad la Fiesta y, al tiempo, se reconocerá que los Moros y Cristianos no son tan solo una atracción turística, un gran espectáculo multicolor. Se reconocerá que es la vivencia de un pueblo. El alma de un pueblo que sabe de la diversión, del rigor y del amor a su Patrón y las tradiciones.

Arrancad bien con la Fiesta. Digamos con María José Ales, poeta de mi pueblo:

Alegría, ha estallado la Fiesta. Un año más abrieron las puertas de la magia y llenan vuestras calles los duendes del color y del sonido. Danzan el aire impregnado del perfume y la risa de una mujer hermosa que se siente sultana o princesa de cuento. Alegría, ha estallado la Fiesta”

Y con la fiesta nos llega ese regusto antiguo de lo cotidiano, de lo familiar. De la risa abierta y la melancolía de otros tiempos. Del sabor a siesta bajo un algarrobo y al fondo del mar, con las brumas de un amigo o la conversación intrascendente de quien sólo buscar matar el tiempo. De ilusiones

por comenzar una Fiesta que nos trascienda, pero que nos invite a la diversión. Hay una cancioncilla escrita hace más de un siglo, en un seudo valenciano apócrifo, que bien podía definir ese estado de ánimo a que me refería.

“El bombiste pega el colp, fa senyal al director, comença a tocar la banda, en una gran precisió. El públic guarda silenci per al passodoble oir i cuan començen el solo, tot el mon aplaudís, perque ́s que un solo, senyoresm ¡que tinc que dir-los!, no mes que l ́autor, cuant l ́estrenaren es va morir de repente. Y la familia hui cobra tots els drets de propietat, que li renten, segons diuen cinc o sis quinzets a l ́any”

¡Que el bombiste pegue el colp! Que la Fiesta comience. Que sintamos el orgullo de sentirnos alteanos cuando mañana, al acabar el desfile de Moros y Cristianos, podamos decir: ¡Qué maravilla! Y que el domingo, cuando el embajador vaya a doblegar la plaza de Altea, con su arrogancia mora, alguien le pudiera susurrar al oído:

¡Quisieras que en ella tu espada infatigable, el viento encerrara su furia cada vez que hinchas sus pulmones. Quisieras que en la batalla no hubiera otro viento que el encerrado en tu pecho. Que solo te dejes al enemigo el recurso de maldecir y el orgullo de morir atravesado por tu espada!

Esa es la virtud de nuestra Fiesta. La de tener el potencial espiritual y poético que la diferencia y distingue de cualquier otra, ineludiblemente aparejada con una alegría desbordante, con la posibilidad de revestirnos con el traje festero (ojo, no confundir con un disfraz) asumiendo la personalidad de quienes, hace siglos, siquiera en una breve ensoñación, atravesaban los campos de vuestra rica huerta o cabalgaban en la playa junto al mar.

Alteanos. Festeros. Gentes de otros lugares que visitáis Altea con motivo de sus Moros y Cristianos, como Pregonero de este venturoso año de 1991, os anuncio que comienza la Fiesta.


Que las familias, los niños, los ancianos y toda la gente de bien salgan alborozados a las calles a impregnarse de la música, la pólvora y ese sentimiento puro y limpio que nos hace estremecer al paso del Santo Patrón Sant Blai.

Vivid la Fiesta, vuestra Fiesta joven pero con ansias de encarar ilusionadamente los años 2000, trabajando para que sea cada vez mejor. Tenéis el apoyo incondicional de cuantos componemos la UNDEF y nosotros el regalo de que Altea sea un más entre nosotros.

Per la Festa.
Per Altea.
Per el Santissim Crist del Sagrari i Sant Blai. Bones Fests!
Moltes Gràcies.


Francisco Santonja Gisbert.

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